Un pequeño cambio con respecto a otras comedias románticas

Un pequeño cambio con respecto a otras comedias románticas
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‘Un pequeño cambio’ (‘The switch’, 2010) nos cuenta que una mujer casi cuarentona (Jennifer Aniston) está harta de fracasar en sus relaciones y decide que quiere ser madre, aunque sea soltera. Su mejor amigo (Jason Bateman) no está muy de acuerdo con la idea, pero ella no escucha a sus razones. Ante la posibilidad de que le cuelen el semen de un indeseable, decide buscar ella misma al candidato ideal para ser el padre de su bebé (Patrick Wilson). La mejor amiga de ella (Juliette Lewis) organiza una fiesta en la que se producirá la inseminación. No todo saldrá como está previsto, pero ese «pequeño cambio» puede que sea para mejor.

Los directores Josh Gordon y Will Speck han logrado una comedia que, aunque en muchos aspectos sea lo de siempre elevado al cubo, se despega de otras propuestas de género gracias a un tono ligeramente particular y muy agradable. La secuencia en la que se produce el cambio es muy divertida y hay otros buenos momentos cómicos. Sin embargo, el film no tiene como propósito ser desternillante. El aspecto romántico tampoco es el que más se ha tratado de explotar, pues no se producirá emoción cuando llegue el momento de culminación de la relación.

‘Un pequeño cambio’ se centra, en lugar de en todo lo anterior, en la introspección en los personajes y en una lección sobre la toma de decisiones en la vida, especialmente si éstas suponen una valentía de la que se carecía. La evolución de los personajes es casi imperceptible, pero está muy bien llevada. Por lo tanto, el cambio del título no sólo se produce en el recipiente de esperma, sino también, a un nivel más profundo, en todos los personajes. Se podría decir que es una película sobre la maduración, pero entendiendo ésta como un crecimiento interno y no como una claudicación ante los valores tradicionales, que suele ser lo que se transmite en otros films cuando se habla de madurez.

Bateman y Goldblum en

El personaje de Bateman

Este tono es mérito, principalmente, del actor Jason Bateman, quien interpreta un papel difícil. Su personaje podría ser el típico Peter Pan tantas veces retratado en el cine, pero es diferente a todos ellos —la secuencia del loco con Tourette, que describe a las personas con tres epítetos, lo clava—. Además, es difícil que resulte creíble que a esta edad se estén todavía «pagando Fantas», pero Bateman sabe darle un enfoque, ligeramente «sheldoniano», que nos permite aceptar este comportamiento como una realidad plausible. Y, como digo, su evolución está muy bien marcada.

Al igual que aquí, Aniston cuenta con un rol secundario, por mucho que sea quien más tirón comercial le ofrece a ‘Un pequeño cambio’. No se pueden poner pegas a su interpretación y, para variar, su personaje no resulta cargante ni odioso. Jeff Goldblum está sembrado en el papel del mejor amigo de él. Patrick Wilson resulta perfecto para su personaje. Ya comenté en otra ocasión que no me convencía como galán protagonista, así que me alegro de que aquí haya encontrado un lugar más indicado.

Un pequeño cambio Aniston y Bateman

Conclusión

Podemos considerar muy mala ‘Un pequeño cambio’ si nos atenemos únicamente al desarrollo de la trama y con los giros de guión. Pero, si se sabe ver un poco más allá, se encontrarán interesantes retratos de personajes a los que los intérpretes dan una buena respuesta. Lo que hace que este film sea diferente, es decir, ese tono, ese «pequeño cambio» con respecto a las comedias románticas más canónicas, puede ser lo que consiga que nos agrade más de lo esperado o que nos resulte torpe, mal ejecutada y poco graciosa. Personalmente, me quedo con lo primero.

Mi puntuación:

3

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