'Viernes 13', el origen de la máscara, sangre y tetas

'Viernes 13', el origen de la máscara, sangre y tetas
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Hasta once películas había protagonizado el sanguinario e inmortal Jason Vorhees cuando Michael Bay, en su faceta de productor, y el director Marcus Nispel decidieron repetir la exitosa fórmula de ‘La matanza de Texas’ y sacar otra ‘Viernes 13’, que es a la vez “remake”, secuela y “reboot”, todo junto. La cada día más preocupante falta de imaginación y de riesgo en el cine norteamericano nos trae de nuevo al psicópata que mata jovencitos salidos (bueno, una cosa va unida a la otra) mientras lleva puesta una máscara de hockey.

Aunque parezca increíble, casi veinte millones de dólares fueron empleados en resucitar de nuevo a un monstruoso asesino que tranquilamente podría intercambiarse por cualquier otro, pero con el tiempo Jason y ‘Viernes 13’ se han convertido en marcas reconocibles para el público, que parece estar dispuesto a seguir pagando de forma indefinida por otra entrega del producto, se le ofrezca lo que se le ofrezca (90 millones ha recaudado esta cosa). ¿Hasta cuándo? Quizá para siempre, mientras se haga un churro que cuesta X y genera X+1. Porque no hay más. Esto es lo más cercano a la comida basura, incluyendo los efectos perjudiciales para la salud de los consumidores. Menos mal que hay otros que son capaces de ofrecer otro tipo de productos de terror, que entretienen y que no nos toman por idiotas; como Sam Raimi, con su estupenda ‘Arrástrame al infierno’.

Durante los créditos iniciales de ‘Viernes 13’ (‘Friday the 13th’, 2009) se nos muestra cómo Jason es testigo, siendo un niño, de la muerte de su madre a manos de una moza asustada, que extrañamente es hábil cortando cabezas. A Jason se le queda en la cabeza la voz de su madre decapitada, quien le dice que le quiere y le ordena que mate sin parar. Luego damos un salto en el tiempo y asistimos al típico principio de película de terror, con un grupillo de adolescentes maduros super-hormonados que van por ahí haciendo el tonto hasta que es de noche y Jason aparece con ganas de juerga. Cuando se los carga, a la media hora, la película vuelve a empezar. Así, tal cual, como si nada. Por tanto, de nuevo, tenemos a otro grupo de jóvenes, compuesto por tíos cachas y tías salidorras, todos irremediablemente idiotas, a los que el monstruo de la máscara debe asesinar. Porque se lo dice su mami.

Hay asesinatos brutales y tetas, ¿qué más quieres?“. Es la pregunta que me hizo un gran amigo recientemente, cuando le comenté que ya había visto esta película, y le expuse, más o menos, con otro tono, lo que os digo a vosotros en este texto. Cuando terminé de destripar al nuevo Jason que han parido Michael Bay y Marcus Nispel, me respondió con esa frase entrecomillada; y si la he puesto es porque es mi forma de deciros, a los fans del “slasher” y de este personajillo en particular, que ya sé de qué va el género, y lo poco que se le exige. Tan evidente como que el cielo es azul y el agua moja.

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Lo que no puedo creer es que se le pida TAN poco. Todo no puede valer, aunque haya sangre y tetas. Porque eso lo hace cualquiera, y tenemos el derecho y el deber de decir lo que nos gusta, y lo que no; todo no es bueno, por más que nos lo repitan los que fabrican atropellos audiovisuales como el que nos ocupa, para proteger sus mediocres trabajos. Estoy seguro que todos podemos diferenciar lo que ofrece un producto tan honesto y bien realizado como la primera ‘Halloween’ de John Carpenter, y productos tan simplones y mediocres como esta ‘Viernes 13’ de Marcus Nispel.

Y si abrimos un poco el abanico, esta cosa tiene aún menos valor. Si echamos un vistazo a recientes títulos de terror o similares, con asesinos y muertes sangrientas, ‘Viernes 13’ queda completamente en ridículo. Es muy inferior a, por ejemplo, el salvaje remake de ‘Las colinas tienen ojos’, o incluso al de ‘La última casa a la izquierda’, y también a otras propuestas de terror más atípicas, como ‘Eden Lake’; de hecho, es peor que la anterior película que dirigió Nispel, la nueva versión de ‘La matanza de Texas’, y también de la precuela, ‘La matanza de Texas: El origen’. En definitiva, este remake (por cierto, no se cansan, el de ‘Pesadilla en Elm Street’ está en camino) sólo puede competir con las peores secuelas de la saga de Jason o de Myers.

‘Viernes 13’ no ofrece nada salvo un gran aburrimiento, ni siquiera aporta unas muertes especialmente grotescas o tan brutales que hagan reír. La violencia de la que debería hacer gala la película está tapada por la pésima realización de Nispel, que no es capaz de provocar inquietud en ningún momento, y que para colmo necesita más de una hora y media para acabar con los idiotas que protagonizan esta “historia”. Y, por supuesto, con Jason, que siempre muere y siempre resucita. A ver si a la próxima son un poco más originales, y por ejemplo buscan otro título (propongo ‘Sábado 14’) o una novia para Jason, que le critique por pasar tanto tiempo fuera o por no tener temas de conversación. O un cruce con ‘Saw’. No sé, algo diferente, ¿es pedir demasiado?

PD: Sale a la venta en DVD y BlueRay el próximo 2 de septiembre.

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