Walter Hill: '48 horas más'

Walter Hill: '48 horas más'
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'48 horas más' ('Another 48 hours', Walter Hill, 1990) es la primera película de su director que es una secuela, con todo lo que ello supone, volver sobre personajes ya tratados, esta vez, y como siempre, con intenciones económicas. La idea fue del mismo Eddie Murphy, quien gozaba de una gran popularidad, mucha más que la de su compañero Nick Nolte —fijaos en el orden de sus nombres en los títulos de crédito de ambas películas—, y no contento con protagonizar el film, también escribió la historia, bajo el seudónimo de Fred Braughton, y produjo el film. La veteranía de Hill y Nolte hizo el resto. Que segundas partes nunca fueron buenas es una de esos dichos para los que ya hay bastantes excepciones, y esta es una de ellas. La película no es mejor que su primera entrega —evidentemente el factor sorpresa, por así llamarlo, ya no existe—, pero sí está a la altura, extendiendo lo visto en aquella y desarrolland un poco más, poco subrayemos, la historia.

De hecho, había planes para una tercera entrega que nunca vio la luz —ya sabéis, la manía/moda de las trilogías—, algo incomprensible teniendo en cuenta que el film presente fue un éxito que sólo en alquiler en los videoclubs recaudó más que su presupuesto. En cualquier caso habría sido lo de siempre, estirar el chicle aprovechando que aún tiene sabor, y en ese aspecto la labor realizada aquí es encomiable dado que hablamos de un thriller de acción cuyo único propósito es entretener. Para el guión se recurrió a John Fansano, Larry Gross y sobre todo Jeb Stuart en cuyo currículum hay un thriller muy curioso y nada desdeñable, 'Secuestro' ('Switchback', 1997); tres escritores para una historia algo simple —su mayor defecto— y dondfe de nuevo lo verdaderamente importante es la puesta en escena de Walter Hill, enérgica y rabiosa como casi siempre.

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(From here to the end, Spoilers) El tiempo ha pasado desde los hechos del primer film, nada menos que siete años y Reggie Hammond (Murphy) parece pudrirse en la cárcel, hasta que llega su amigo de toda la vida —sólo se han visto una vez— para solicitar de nuevo su ayuda por estar conectado con el caso que investiga Jack Cates (Nolte). Como esto debe ser una secuela en toda regla y no una simple aventura más de los personajes, el caso del film inicial tiene bifurcaciones que guardarán alguna que otra sorpresa en su desarrollo. El famoso dinero que Hammond guarda celosamente fuera de la cárcel provenía de alguien, y ese alguien es un personaje que tiene en esta entrega más protagonismo, Brion James, que en aquella época no paraba de trabajar especializándose en papeles de villano. En este caso un policía corrupto, algo que siempre da mucho juego, y como secuaces, dos motoristas —guiño a 'Calles de fuego' ('Streets of Fire', 1984)— malvados que guardan relación con los villanos del primer film.

De hecho, argumentalmente, el detalle que uno de los motoritas busque venganza por ser el hermano del personaje al que daba vida un exagerado James Remar, parece ser un precedente del guión de 'Jungla de cristal. La venganza' ('Die Hard: With a Vengeance', John McTiernan, 1995) en cuya primera e importante entrega participó Stuart en el guión. ¿Coincidencia? Tal vez, pero siendo McTiernan y Hill, sobre todo este, dos de los padres del maltratado injustamente cine de acción moderno, no me extrañaría la influencia de una en otra. En cualquier caso, suena a excusa para enlazar ambas entregas a través de su línea argumental, bastante sencilla en las dos muestras, pero efectivas gracias al pulso narrativo de Hill, que una vez más trata de frente y sin contemplaciones a sus personajes, yendo directo al grano y marcándose, como es habitual en él, algunas buenas set pieces de acción pura y dura.

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Porque '48 horas más' es lo que es, un producto de acción que, lejos de tratar al espectador como si este fuera imbécil —algo que hoy día se prodiga mucho en el género— propone otro crudo relato —dentro de los límites del cine convencional— sobre la supervivencia. Otra buddy movie con dos "buenos" de personalidades contrarias pero complementarias, enfrentados a otra pareja, la de "malos", cuya existencia está por encima del bien y del mal, tal y como demuestran allá por dónde pasan. En este punto, el dibujo de los dos villanos está mejor realizado que en el primer film, parcos en palabras y ligeros de gatillo, herencia directa del western que tanto admira Hill. Por supuesto las secuencias de acción vuelven a ser la estrella del film, destacando todos los tiroteos, sobre todo aquel que revisita 'La huída' ('The Getaway', Sam Peckinpah, 1972) y que Hill ya había tratado en el film con Arnold Schwarzenegger. Ritmo, planificación y sentido del espectáculo rara vez visto en un film de estas características.

Y es que '48 horas más' pertenece a ese grupo de films de acción en los que la sobriedad es una finalidad a conseguir, y que de hecho no todos alcanzan. Hacer eso dentro de los límites del mal llamado cine comercial es algo realmente valiente y sólo reservado a difectores que, como Walter Hill, conocen los secretos de la puesta en escena más eficaz para lo que narran. Y eso que hablamos de un film al que se le cortaron nada menos que 50 minutos de metraje —segunda vez que ocurre algo así en la filmografía de Hill tras la maravillosa 'Driver' ('The Driver', 1978)—, algo realmente exagerado. No quiero ni imaginarme qué llevo a Hill a tomar esa decisión, pero viendo los resultados ni falta que hace. '48 horas más' es una digna secuela —algo que muchas otras secuelas no pueden decir— y una buena muestra de un cine menospreciado injustamente. Murphy con más protagonismo por motivos evidentes, y Nolte un poco más duro que de costumbre ya que venía de filmar a las órdenes de Sidney Lumet un thriller de aspecto sucio y muy diferente a este.

Para el cajón de las anécdotas decir que el actor Frank McRae repite personaje de jefe gritón de Jack Cates, hasta el punto de que sus escenas son descartes del film original. Increíble pero cierto. Y otras conexión con McTiernan, el mismo actor se somete a una espectacular parodia del mencionado personaje en la divertida 'El último gran héroe' ('Last Action hero', 1993). Como hemos dicho el film fue un éxito —lo era desde el primer día de rodaje— y su director se metió en su siguiente película en un proyecto mucho más personal que contaría en su guión con un escritor de excepción: Robert Zemeckis.

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